sábado, 5 de diciembre de 2009

4 de Diciembre, 2009

Nos despertamos temprano con Louis, como para llevar a su señor padre, Carlos, rumbo a su trabaho, y poder disponer del auto para movernos. Si no andabamos medio atrofiados, como peluca de iguana.

Todo se sucedió según lo estipulado. Llevamos a Carlos, o mejor dicho se autollevó, o se llevó en su propio auto a su lugar de laburo, y después Spencer tomó el volante y rumbiamos para Santa Teresita (Ese lugar cruzando el puente del que les hablé la vez pasada que habíamos ido ya).

El trafico... bueno, es un capítulo aparte...

capitulo XIVLMX bis: El tráfico.

La acumulación de autos es complicada en hora pico, como en todos lados, pero aquí la gente está acostumbrada a avanzar con el auto según la ley de la selva. Meter el auto en el huequito en donde se vea luz es todo una misma cosa. Asimismo, las personas ya están acostumbradas a que esto sea así, por lo cual, casi no hay sobresaltos frente a la peor maniobra, o la bocina es casi como un adorno. Todo el mundo toca la corneta o claxon, pero cortito, no es que uno se queda pegado... me entiendes. Igual mejor que en la experiencia en Lima, en donde el caos imperante sobrepasa lo imaginado, con lo cual la imaginación queda corta para mesejante enriedo ovillístico múltiple.

fin de capítulo

Con todo esto, la cuestión es que nos retrasamos. Un poquito nomás. Pero suficiente como para llegar medio bastante tarde a la misa en Santa Teresita. Cuando abrimos la puerta la gente ya estaba comulgando (es decir, final de la misa, para los no misísticos habituales). Con todo, igual el objetivo de Louis era poder interceptar al sacerdote que había sido su director, al salir del confesionario.
Hubo que esperar un buen rato ya que había bastantes personas en la fila, pero no había tráfico embotellado ni trancado, así que iban avanzando de a uno y al rato salían con más cara de comoé.



Llegó el ansiado momento esperado por Louis. El sacerdote había terminado sus confesiones, y abrió la puerta. La cerró y avanzó hacia fuera del confesionario tres casilleros. Fué ahí que sus ojos se cruzaron con los de mi pana (“compañero”) de aventuras. Lo reconoció. Y lo saludó... chim pum.

Así es que nos encontramos nuevamente sobre los asientos del vehículo en que nos movilizamos estos días desde que así lo hacemos, y continuamos rumbo a otro sector de la ciudad, en donde averiguamos el precio del alquiler de un vehículo (ya que la semana viene un miembro de la mafia traverso, bien acompañado) y quizás sea bastante equivalente el gasto de esto al de los colectivos que tomaríamos todos, sin contar con la independencia del caucho en las islas caimán. Sería casi igual, pero nada que ver.

Dimos vuelta a la esquina respectiva y continuamos con las averiguaciones en el Ormeño, empresa colectiva de buses (se entendio no?... cuac). Esto para la Mafia Traverso y Cía., ya que vienen por tierra desde Lima. Ya nos iremos enterando del periplo realizado por ellos estos días.

Como el coso ya estaba por activar la situación respectiva, se nos ocurrió pasar por el lugar donde se dan las licencias de conducir, o se renuevan, o mongo... Ya que Louis había extraviado su billetera en Argentina (quizás algún amigo de lo ajeno ayudó a su extra viación, o extr aviación). “El asunto... una zoncera, un simple cambio e palabras, y el olvido de un mocoso, del que puedo ser su tata. Y yo que no aguanto pulgas, a pesar de mi inorancia, ya no más pedí las cuentas, sin importarme de nada.”
A la vuelta, hubo un minuto de locutorio, donde Spencer pudo hablar con la dueña de su corazón en el día de su "cumplemes".

Volvimos a la home seet home, y fue el momento oportuno para caer muertos en el lecho de dormición siestera, hasta la levantación oportuna.
Louis había salido a casa de un amigo, así es que salimos a caminar con Joselouis rumbo al Mall del Sur, un mega shopping antidoping camping ing ing.
Resulta ser que es el lugar más visitado dentro de los 7 malls que hay en la ciudad. La gente se agolpa por racimos disyuntivos crónicos, dentro de los su sesos nacionales e internacionales opinables en tales ocasiones. Allí nos encontramos con Louis y con su amigo Javico (vi como... no mejor no vico nada).
Louis huyó despavorido rumbo a otros lares, en donde se celebraba un concurso de cantos a la Santísima Virgen María, y el tenía que hacer de jurado.
Spencer fue invitado a recorrer el Mall en toda su extensión y por todos sus pisos; echo lo cual motivó gran adrenalina en los muñecos de la tercera fila a la izquierda del segundo piso, desde el otro lado. Debido a este suceso, hubo que ir a tomar una biela (birra = cervecita) cerca del lugar; antes de partir hacia la Parroquia en donde se encontraba Louis.

Más tarde se pasó por la casa, en donde Spencer pudo mostrar sus pinturas a Javico.

Todo motivó al encuentro de Louis con sus compañeros de colegio en la oficina de uno de ellos. Allí hubo charla y guitarreada hasta altas horas de la noche, o de la madrugada del día próximo siguiente. Cómo es normal en estos casos, al finalizar se repartió a alguno de los participantes y luego a hacer noni.

No hay comentarios:

Publicar un comentario