miércoles, 23 de diciembre de 2009

18 de Diciembre, 2009.

Luego de despertarse y acicalarse como un babuino de Guinea, Spencer decidió salir a buscar una Iglesia. Preguntó al conserje (Victor), quien le dió las indicaciones respectivas para ir a varias si apetecía, sazonando su explicación en el mapa con una frase mencionable: “No vamos mucho pero sabemos donde están”.

Yendo por la Gran Vía una media cuadra desde donde estaba, se llega al Oratorio de Gracia (luego me contaron que la entrada principal se encuentra en la calle paralela a la Gran Vía, y que lleva el mismo nombre que el Oratorio: Calle de Gracia). Allí recibí del Cielo una bienvenida que no esperaba.
Al entrar me di cuenta inmediatamente que había comenzado la celebración de la Eucaristía a la cual asistí muy contento.
Jesús no se quedó satisfecho solamente con esto, sino que quiso regalar más. Al terminar la misa, se expuso El mismo para contemplación de los presentes... No puede evitar las lágrimas de alegría de tan lindo regalo. Incluso había varios sacerdotes confesando, así que aproveché a pegarme la ducha espiritual.

Tuve el tiempo justo como para volver a buscar algo del equipaje y me pasaron a buscar como para ir a almorzar a la casa. Vinieron Fanta y Rulitos.
Almorzamos y salimos hacia el Museo del Prado, a ver la muestra de Maíno, un pintor español del barroco, con dejos caravaggistas. No es tan conocido, pero tiene obra muy linda. Con Rulitos recorrimos toda la muestra e intercambiamos opiniones varias sobre lo que veíamos.
Luego seguimos viendo una muestra temporal de artistas holandeses. Lindísima. Había cosas de Frans Hals, de Rembrandt... etc... Una panzada para el ojo.
Subimos después otro piso y vimos unas esculturas de Carlos V y la Reina Isabel, enmarcadas en la construcción de un monasterio.

Pasamos por una sección de shopping dentro del museo, y llevamos un par de láminas impresas muy lindas. Vimos libros varios también.

Más tarde enfilamos hacia la zona del laburo de Pepe, para lo cual tuvimos que tomarnos un bondibus. Y desde allí, una vez que nos encontramos, volvimos todos a la casa en auto.

Comimos y nos pusimos a ver bien el tema de los pasajes y de cómo viajaría Inés. Finalmente se pudo conseguir comprar el pasaje internéticamente y que Inés viajara dentro de la sección de Instrumentos musicales.
Como estamos hablando de música, fue que nos pusimos a cantar un buen rato más. Algo así como una guitarreada llena de guitarreros, pero con uno solo.

Más tarde, a la hora de dormir, LJ (lo juimo’) a dormir.

que tengan un buen día!!

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