jueves, 3 de diciembre de 2009

30 de Noviembre, 2009

La noche fué un continuado, y seguimos de largo, sin dormir, casi como los últimos días de la estadía en Buenos Aires.

Fuimos a Ezeiza en 2 autos. En uno, Nachits y Louis Va al Verde. En el otro Patú y Ana, Pastoraco al volante, Canderella y Spencer (quien les escribe).
Hicimos el “check in”, migraciones, aduana, ... todo eso, en fin. Un último paso por Banco Nación para cambiar a moneda essstranjera y partir luego de los efusivos abrazos y palabras de ultimo momento.
Al entrar no me dejaron entrar una tijera, así que salí y la devolví a los que todavía estaban. Luego llenar un par de papeles y casi quedarnos sin vuelo. Sólo para ser los últimos en subir al avión... jeje. Correteamos por entre los pasillos del aeropuerto como cinco kilometros (al decir de Louis, que cada vez que cuenta el cuento le agrega algunos kilometritos más... ya vamos por los diez) e ingresamos en el vehículo aéreo.

En el avión, fue un semicontinuado de dormir, desayunar, ver la típica revista de viajero con sus propagandas y consejos. En este caso los comentarios del futuro mundial de fútbol en Sudáfrica y los preparativos, el fútbol femenino, algunos lugares para viajar... so on. Hubo un poco de demora (30 min) para salir por la niebla.
A la llegada a Lima también hubo bastantes nubes hasta que redepente ya estábamos en la pista de aterrizaje sin darnos cuenta.

En el aeropuerto, un par de laaaaaargas e interminables colas (que al final terminaron). De nuevo “Check in”, aduana; y ponernos a buscar las agencias que nos podrían llevar en vuelo a Guayaquil. No fué fácil. Casi nos caemos de espaldas cuando nos enteramos que por no haber conseguido los pasajes por anticipado era prácticamente lo mismo que si hubiéramos echo BsAs-Guayaquil.
Así que salimos del aeropuerto y nos fuimos al CAC (centro aduanero comercial) que estaba bastante cerca; ya que nos dijeron que había mejores precios q en el aeropuerto. Pasamos por un par de Agencias. En la primera la intuición me decía “flaco, ¿flaco, qué hacés acá? rajá”. El lugar parecía armado la noche anterior como para turistas incautos... así q les dijimos que íbamos a pensarlo y nos fuimos para otros rumbos.
Una vez que llegamos a otros rumbos, encontramos otra agencia que parecía más decentita y donde nos trataron muy atentamente y más. Incluso nos dejaron hacer varias llamadas a distintos número fijos de Ecuador y de Argentina desde su teléfono. Teníamos que tratar de conseguir los datos de unos amigos de Louis o de Hernán Santibañez y su mujer (Amigo del abuelo de Mac, donde ella paró cuando viajó con Bati). Hablamos con Canderella, que estaba con Pepina, y nos consiguió el dato, que aunque el susodicho se había mudado, hubo forma de ubicar su cel.

Louis consiguió hablar con un amigo de un amigo de él, que fué a buscar a otro amigo y nos vinieron a buscar. Esperamoslos en la puerta del CAC, entre durmiéndonos y entre despertándonos de a ratos, pero finalmente llegaron. El amigo del amigo de Louis, resultó ser el músico católico Miguel Muñones; y su amigo Ronald Ramos (de la banda católica “Doich”. La providencia nos llevó a manos de personas tan cálidas y tan bien dispuéstas como ellos, ya que nos bancaron varias horas; e incluso conservo algunos CDs que sacaron y que generosamente me obsequiaron. Con ellos y en su auto, empezamos a dar vueltas largas (distritos a cuarenta min de distancia). Empezamos buscando en el distrito de San Isidro la calle Herrerillos, que no la íbamos a encontrar nunca, ya que en los carteles figuraba como “calle 18”.... y después de varias vueltas al fin llegamos a la residencia de Hernán el corsario... digo, Santibañez. Pudimos conocer a tal eminencia o Institución, pero resultó que estaba complicado como para darnos alojamiento, así que raudamente partimos hacia otros lares.

Volvimos por la ruta de la playa, por donde va a estar el Metropólitan (colectivo articulado sobre un carril exclusivo... faaaa loco... what e level!), pero que todavía está en construcción. Pudimos ver la costa, que nos dejó boquiabiertos (como bosquimanos de apertura cuadrangular relativa ambiente). Paradisíaco. A lo lejos la Isla de San Lorenzo, que hubo sido pretéritamente definido una cárcel o presidio. Bordaeando la autovía (sólo para autos) lo que se llama “costa verde”, que lo están reparando como para que quede pipí cucú. De ahí nos pusimos a buscar alojamiento como para pasar la noche. Luego de decidir (mejor zona más lejos / no taaaan buena zona pero más barata y más cerca) y quedarnos con la última opción; llegamos a un lugar donde dejamos las cosas y partimos a comer (no habíamos almorzado más que un palito bombón helado como para matar el hambre) a un Restaurante o boliche o “bodega” chaufa (lugar de comidas chinas). Allí nos dejaron Miguel y Ronald en buenas manos calmaestómagos.

Luego pasamos por un mercadito multitodo y compramos un poco de elementos para asearnos y lo juímo a nuestra nueva residencia o dormidero vincular ozoico.

Algunos términos aprehendidos este día: “esto está bacán”, que significa, esto esta bueno, está chébere; “ese man” = ese tipo = ese flaco

1 comentario:

  1. Este blog viajístico cuentereto carretérico en pretérito está bacán man! contagiome el parlinchistico idioma tuio!
    Saludos a Louis Va al Verde...(tomó mucho mate frío?) y otros para ti Spencer!!!
    Besooooossss

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