martes, 22 de diciembre de 2009

12 de Diciembre, 2009.

Como ocurriera en otras ocasiones a muchas personas, nos levantamos a la mañana.
Los preparativos para la partida del Pana y de Bonita comenzaron a efectuarse, empezando por el desayuno para ellos. Mas luego nosotros desayunaríamos tranquilos.
Los últimos preparativos, fijarse de no olvidarse nada; nadar sin fijarse olvidos... etc.

La cuestión, salen con Jocelote y Saciarelouis rumbo a Guayaquil.
La sensación del vació que se siente cuando se va alguien con quien hemos llenado días de alegrías y compartidas, es parecida a la que debe sentir un cerdo con fiebre de verano, o no. De todos modos Spencer puso algo de música paliativa para pasar el rato y desayunamos los que quedábamos. Carlos, Pepina y Spencer.

Vino el momento del descanso, en el que Spencer continuó escribiendo sus relatos bloguísticos, mientras que Carlos y Pepina se tiraron un rato a leer el diario en una hamaca hecha con redes de pescador. La imagen me enterneció, ya que estaban los dos cruzados (o spencerados) en la misma hamaca. Carlos se durmió prontamente, pero sosteniendo en sus brazos las piernas de Pepina. Pude tomar una placa del momento.

Toda la zona o barrio se llama Muey. En la parte en donde nos encontramos, la demarcación de las calles es variable. Se ve que han habido asentamientos que no respetaron la lógica urbanística media esperable.

A eso de las y pico salimos para el shopping “Paseo”, no muy distante de aquella zona. Desde afuera ya se puede observar el tamaño monumental del edificio, un mega complejo, de esos en donde hay de todo en cantidad como para hacer dulce Por dentro no tuve oportunidad de recorrerlo mucho, ya que casi al entrar había un locutorio. Eso motivo el intento frustrado (debido a mi mala memoria para los numeros largos), de llamar al celular de Maca en Londres. Me acorde del número de la casa y le dejé mensaje. De las 14 cifras del número celular, las últimas 6 se me traspapelaban en mi cortex, por lo cual me dirigí a un ciber ubicado al lado del locutorio, pedí una máquina y me puse a ver si encontraba el dato en algún mail. Por suerte me encontré con mi enamorada por chat, que me recordó el número correcto y al rato ya estábamos pudiendo comunicarnos.

Salimos luego de haber terminado lo que estábamos haciendo, y fue por la puerta que lo hicimos. Nos dirigimos al barrio Libertad, al Mercado Buenaventura; donde nos esperaba una deliciosa sorpresa (no estoy queriendo decir que una monja presa deliciosa nos estaba esperando. Casi igual, pero nada que ver). Carlos y Pepina conocían un lugar, “tipo” comedores populares (me recordó a los visitados con el Pana en Perú y Bolivia.). en donde comimos un manjar. El lugar es como un patio poblado de locales de comida en todo su perímetro. Cada uno ofrece, mediante carteles, una variedad increíble de menúes diferentes, tanto que hay para comer diferente durante un mes seguido sin repetir. que tal?

Comenzamos con una sopita (para que sea considerado un buen almuerzo debe contar con su sopa correspondiente, me explicaron los papás de Saciarelo. Probé por primera vez sopa de Bagre, lo cual dicen que es muy positivo para la mente; tanto que lo dan a los bebes en estado de lactancia. Como segundo solicité un frito con arroz, es decir, lenguado frito con arroz. Otra delicia presa. El lenguado tiene el gusto a la merluza.

Después de ingerir alimentos por todo ese rato, nos dirigimos al Mercado Buenaventura, en su sección polifacética. En general locales de ropa, pero también hay juguetes, dvd’s de música y películas, etc, etc... Lo recorrimos un poco y continuamos hacia donde ahora les cuento...
Nos subimos nuevamente al auto y salimos de esa zona, para llegar a una Iglesia, con un atrio que se extiende y termina en una baranda, desde donde se ve la costa, los barcos y el malecón. Allí nos tomamos unas fotos



Esto es lo que se ve desde el barandal. El conjunto de rocas que se ven frenan las olas permitiendo que se bañen las personas adentro, como una pileta.

Seguimos rumbo a la casa, en donde Spencer tuvo un encuentro con la palma y terminó siesteando largo y tendigo tendido.

Mas luego tuvimos oportunidad de salir nuevamente a recorrer las playas hacia el lado Salinas. La primera y más popular se llama San Lorenzo. La vimos desde el vehículo de cuatro ruedas, pero por las ventanas que daban hacia ese lado. Proseguimos hacia otra playa más pequeña, de la cual no recuerdo el nombre. Esta playa se halla frente a los mejores edificios del lugar. Pero igualmente, nada comparado con la belleza de la naturaleza.
Dejamos estacionado el bólido y nos fuímos hacia la playa a “hacernos masajes en los pies” como dice Pepina. Caminamos charlando, al ritmo del continuo cántico de las olas en su vaivén. Fuímos hasta la zona de la costa reservada al ejercito, pegamos la vuelta y al final nos sentamos en unos escalones y nos quedamos charlando un buen rato más. Me contaron de los diferentes lugares geográficos de Ecuador y las bondades de cada uno, en sus cuatro estados: la zona oriental o amazónica; la zona serrana; la zona costeña y la zona peninsular (galápagos). Decidimos pegar la vuelta, y estabamos en eso cuando Pepina se acordó que había dejado agua hirviendo en la casa.

Procedimos a acelerar la vuelta, no sin antes pasar a comprar unas tortillas de maíz, unas bolas de papa con carne (tipo buñuelos de pastel de carne) y unos maduros fritos con queso. También tuvimos tiempo de averiguar los horarios de la misa en la parroquia cercana a la casa donde estamos parando, San Rafael Arcángel.

Por suerte el agua hirviente no se había evaporado tanto en las dos horas que estuvimos fuera.
Procedimos a comer y nos fuímos al chopin a ver una peli al cine: 2012.
Para los que les gustan ese tipo de películas, muy buena. A los que no les gusta, no se las recomiendo, jeje

salimos ya tarde y la vuelta fue hacia las sábanas.

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