viernes, 25 de diciembre de 2009

19 de Diciembre, 2009.

Ese día Spencer amaneció y se fue unas cuadras por la Gran Vía hasta Alcalá, en donde queda la Iglesia de San José.



Ya había mirada los horarios de misa y fuí a una en una capillita interna. Estaba repleto de gente. Eramos como cuatro personas y el cura. No pude resistir y al terminar le dediqué una canción a la Virgencita.


Volví al lugar de aparcadero, pero por la otra vereda de la calle, y tranquilo, mirando los locales de venta de chucherías. Como tenía que despejar la habitación aquella misma mañana, busqué el equipaje y lo retiré. Despedí a Victor y Marilu y me fuí hacia la zona en donde habíamos quedado en que pasarían Fanta y Rulitos.
Como todavía era temprano, cuando llegaron, hubo una especie de común acuerdo, se propuso en la cámara baja y se aprobó rápidamente en la cámara alta y en todo el Parlamente Constituyente por las personas que lo componen. ¿motivo?: Desayuno típico en un restaurante cercano.

Como no es tiempo de migración de gaviotas, es que decidimos recorrer algunas galerías de arte, como para tener noción del mercado actual en la estimación colindante intuitiva madrileña.
Hubo sucesivas muestras divididas en sendas galerías. De la misma forma los diferentes rostros de las personas que nos atendían. El típico “no tengo tiempo, estoy ocupado”, aunque esté más solo que un hongo en la galería; hasta el que nos atendió con sonrisa de oreja a oreja y respondió a todas nuestras preguntas.
El recorrido fue ampliamente satisfactorio, así que decidimos continuarlo en otra parte de la ciudad: cerca del Museo de arte moderno Santa Sofía.
Había cosas bien modernas, tanto que casi me asusto y me escapo por la alcantarilla de la calle...

Después de un llamado telefónico de Fanta, es que decidimos juntarnos cerca del Prado, así es que fuimos para ese lado. Para hacerlo tuvimos que pasar cerca de un parque. Al costado del parque había algo así como un paseo artesanal, pero de alto nivel. Cosas muuuuy bien presentadas.

Se realizó la búsqueda y se emprendió la vuelta, pero no sin pasar viendo la Mezquita...


Almorzamos una vez más todos juntos en la casa y ya fue hora de ir organizando el equipaje para la emprender el viaje hacia Londres. Pepe quedó allí en la casa y Fanta, Rulitos y Srta M acompañaron a Spencer al aeropuerto de Barajas.

Puedo decir que pasé al igual que en Ecuador, pasé unos días increíbles con una familia increíble también. Pudimos tener charlas de distinta profundidad. Desde algunos pisos, hasta varios subsuelos... Esas oportunidades que nos da Dios de conocer a buenas personas. Un gran regalo.

Dudaba del tamaño del equipaje de mano, pero antes de ingresar en la manga que lleva al aparato que vuela lleno de pasajeros nos hacían meter el mismo en una caja de metal con las medidas justas. Tomé envión y metí la valija de un sólo saque, jeje... entró....

En el vuelo tuve dos compañeras de charla intermitente. Una de Canadá, que estaba yendo sólo de paso, para tomarse otro vuelo a su país, para dar una sorpresa a su familia. La otra española, que estaba yendo a visitar a su enamorado, igual que yo.

El viaje estuvo bien, sin inconvenientes de ningún tipo, ni de otros tipos tampoco.

Ya llegando al Aeropuerto de Gatwick se podía ver todo nevado el suelo. De echo, al aterrizar, bajamos por una escalerita del avión y tuvimos que ir despacito, para no patinarnos con el hielo que se había formado. Luego ingresamos al Aeropuerto propiamente dicho a buscar el equipaje y salir hacia donde estaba la salida...

Venía llevando una valija grande, la mochila, una valija de mano y la guitarra, despacio como quien dice, arrimandome a la puerta de llegada de los viajeros, cuando la ví. Ella todavía no me había visto. Fueron segundos. Estaba con la cámara de fotos en la mano (después me enteré que era para un intento de filmación de mi llegada...) pero con la emoción se olvidó de todo. Y yo también. Fue un correr y fundirnos en un largo y prolongado abrazo de emoción. Y llorar... sí, llorar de alegría de estar con el otro. Un abrazo laaaaargo, casi nos quedamos pegados. No poder dejar de mirarnos y de sonreír. Doy gracias a Dios por la oportunidad de ver de nuevo a mi enamorada. Qué regalo!

Como ya estaba por cerrar el aeropuerto nos tuvimos que ir (no será mucho?... jeje).
Partimos hacia el tren que nos lleva hacia la zona de Wimbledon. Hubo que hacer un cambiazo de tren, pero tutti in ordi...
Salimos de la Estación de Wimbledón y a pocas cuadras está la casa donde está parando mi enamorada. Me hizo la recorrida y luego fuímos a otras pocas cuadras a donde está parando Spencer, que también me hizo la guía.

Fue un gran día, para guardar en el corazón, dentro del cofre de los buenos recuerdos.
La acompañé a mi enamorada a su home sweett home y volví a donde paro con el corazón henchido y agradecido.

Eso es todo amigos!!!

[A partir de ahora, el blojjj ya no será escrito día por día, sino que tendrá el relato de las eventualidades que resalten en la estadía en estos lugares. Gracias por leer tanta pavada junta!!!! je]

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