martes, 22 de diciembre de 2009

13 de Diciembre, 2009.

Nos levantamos y alistamos como para ir a misa a la Parroquia cercana y como buenos pre-puntualistas, media hora antes ya estábamos sentados en el segundo banco delantero izquierdo de la nave de la misma.
La misa estuvo muy buena. Fué el tercer domingo de Adviento, para los que no saben, el tiempo de preparación para recibir al Niño Jesús en el pesebre de nuestro corazón.
Me llamó la atención nuevamente lo directo del lenguaje del sacerdote a los fieles. Casi gritando de a ratos. Tobías nos dice “si tienes dos túnicas, comparte una. Lo mismo con la comida, si tenés, compartí con el que no tiene”. Por lo cual el Padre comenzó a hablar sobre el tema de la pobreza: “Ustedes dicen soy pobre, Padre, pero si fueran pobres en serio, no hubiera cantinas en el barrio” o “usarían bien de su dinero para comprar más arroz, o leche, o fruta si realmente tuvieran necesidad”... y así, bien directo.

Volvimos como para desayunar y nuevamente me agarró la palma. La siesta matutina duró casi hasta la hora de partir hacia Guayaquil nuevamente. Por suerte permitió un momento de armado de bolso, jeje

Durante el viaje, Spencer aprovechó para leer un libro que recomiendo “Como suprimir las preocupaciones y disfrutar de la vida” de Dale Carnegie. Por ejemplo, no dice cosas como comer papas fritas hasta reventar como un sapo fumador; o las diferente reglas para acabar con las preocupaciones antes de que ellas acaben con nosotros:

regla 1: No hay que patear a un perro muerto, porque eso puede ser preocupante.

regla 2: Si no puede mantener su sueño o su estado de vigilia despertina, desinflese hasta quedar del tamaño de un hamster y corra en el sentido de la rueda

regla 3: Si usted esta preocupado por algo, siempre habrá alguien más preocupado por otra cosa, así que déjese de inchar con sus bobadas y compórtese como compota de manzana con yogurtu nnnngeeee.

y asi sucesivamente. Muy buen libro. Pero recuerden: esto no es lo que dice.

Llegamos y descargamos el auto, para que respiren mejor sus gomas o neumáticos. Aquí el lugar para repararlas se llama “vulcanizadora” en vez de gomería.

Almorzamos bastante tarde y Spencer comenzó a barnizar los cuadritos grandes que hizo estos días pasados. En principio, un día es más que suficiente para el secado correspondiente para que la presión isostática haga lo suyo como sabe. El olor provocado por el barniz obligó a los demás habitantes a cerrar las puertas de sus habitaciones.

Mas tarde pude conectarme a internechi y videochatear (por tercera vez desde su partida) con mi enamorada. Algo único (como cada vez que así sucede); algo especial (como las pantuflas verdes de mi tiotartarabuelo por el lado izquierdo mirando desde arriba); algo esperado (como el bondi de la esquina de mi casa los jueves a las 3am)...

A contiuación de la charla, y luego de la despedida, se dió otra siguiente charla con Pastoraco, Ana y Patú. Algo digno de vivir para agradecerlo.

Luego ya fue muy tarde como para seguir manteniendo los ojos abiertos.

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