viernes, 1 de enero de 2010

26 de Diciembre, 2009

Como toda ocasión, cada situación puede contarse de diferentes maneras o puntos de vista. Se puede decir que cada persona tiene su propio punto de vista subjetivo, e incluso, puede pensar un mismo tema desde distintos ángulos, con lo cual, los puntos de vista pasan a ser infinitos, es decir, mayor todavía que el numero de personas que habitan el planeta tierra. Que loco, no?

Este día fuímos a Harrods. Para los que no conocen, es un local que está pipí-cucú, chiche, joya (nunca taxi).
Si vas a verlo, tenés que ir con tiempo. Ya que tiene varios pisos, y en cada uno hay un montón de locales de distintas cosas. Tanto que tenés que ir con un mapa para no perderte. Pero eso sí, a todo lujo. Es como para mirar... jeje.



Esta es una imagen sacada del lado de afuera, cruzando la calle, desde encima del cordón del zapato izquierdo.

Nos pasamos las horas correspondientes hurgando con la vista los recónditos recovecos de ricota y demases. Aprovechamos para comprar alguna de esas cosas que sirven para toda la vida, aunque ninguno sepa cuanto tiempo signifique esto para cada uno.

La cuestión es que la invariabilidad de la situación hace del todo punto imposible la sinusoide variable que daría la curva de Gauss a un ingeniero, si analiza circunspectamente lo que a otro le parecería más dificil de digerir con su lógica cuasi nulamente entrenada. Entre tanto, entre todo, entre por la entrada... lo cual es común en la mayoría de los lugares que el hombre se construye para sí y para los de su especie.

Del mismo modo, para salir utilizamos la puerta de salida, o el acceso pertinente. De todos modos, fue una buena experiencia...

Nos tomamos un vehículo que nos llevara hacia la zona del centro, como para pasear un poco y terminamos cerca de Piccadilly, más específicamente en la calle Dover St. Allí hay lo que denominaremos una taberna siglo XX, pero en el Siglo que nos compete vivir actualmente... El lugar en sí se llama "The Clarence", ahora no sé si a alguno se le tuvo que aclarar algo, declarar algo, o la mujer del dueño se llamaba Clara, pero a mí no me vengan con esos cuentos, que para eso me pongo a leer Capusotto rojo y el lobo.



Como el bagre ya nos estaba picando, hicimos honor a la respuesta típica al mismo y solicitamos nos trajeran la misiva para ver los menúes correspondientes. Siendo que nos encontramos en un país distinto a China, es que pedimos algo propio del lugar. Macanuda se solicitó una hamburguesa con chips, y Spencer, para no se ni más ni menos, pidió otra cosa y le trajeron fish and chips. No sé si el fish era de pavo o de pollo, pero muuuuy rico (jeje, no es que no entiendo, pero a veces el mozo se puede hacer el pavo y trae gato por liebre).

Sabrosísimo es la palabra adecuada para definir el estilo del lugar, al mirarlo después de satisfacer el apeto correspondiente. Como decía el abuelo de mi madre: "En este mundo tan cruel, nada es verdad ni es mentira, todo depende el color, del cristal conque se mira". Y siempre que el vientre este satisfecho las cosas se ven con mejor cristal diría yo.

Eso es todo para este día!!! Pax!

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